Lugares que deberías visitar una vez en la vida: Petra

Lugares que deberías visitar una vez en la vida: Petra

Si estás decidido a conocer aquellos destinos y enclaves turísticos del planeta que tienen la capacidad, por si solos, de despertar tu admiración y dejarte sin palabras, no puede faltar en tu hoja de ruta una visita a los restos arqueológicos de la ciudad de Petra, en Jordania, una de las grandes maravillas de la antigüedad.

Por eso, en Disfruta más por menos hoy queremos invitarte a recorrer juntos este impresionante lugar, en el que te sentirás como un auténtico explorador y podrás contemplar una de las fachadas esculpidas en piedra más conocidas y admiradas del planeta.

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Situada a mitad de camino entre el Mar Muerto y el Golfo de Aqaba, en una de las principales rutas de mercaderes de la antigüedad, la ciudad de Petra fue fundada en el siglo VIII a.C. por los edomitas, aunque la mayor parte de su esplendor se la debe a su posterior ocupación por parte de los nabateos, desde el siglo VI a.C. hasta su abandono doce siglos después.

La enorme belleza de esta ciudad se basa en que la mayor parte de sus edificios se encuentran directamente esculpidos en la arenisca rosácea de las montañas de la zona, en pleno desfiladero del Siq, un angosto camino de algo más de un kilómetro entre paredes de más de 80 metros altitud y menos de 10 metros de anchura.

A este elemento defensivo, el propio asentamiento incorpora su grandeza monumental, con el enorme mérito de hacerse desarrollado en las propias paredes de la roca, para incrementar así su protección.

Si bien la imagen más conocida de la ciudad de Petra es la fachada de Al Khazneh, o Tesoro, un paramento de 43 metros de alto y 30 de ancho, que además es la primera que se divisa al dejar atrás el desfiladero del Siq, este conjunto arqueológico está formado por más de 800 construcciones monumentales, entre los que destacan su monasterio, su anfiteatro o el Templo de los Leones Alados, lo que supone la necesidad de dedicar al menos tres o cuatro días a su visita completa.

Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985 y, a pesar de que durante siglos pareció estar condenada al abandono, se ha sometido a unos escrupulosos trabajos de restauración que le han permitido recuperar su esplendor original, sin perder un ápice de su majestuosidad.

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